Las acciones de las 500 mejores empresas de EE. UU. (S&P 500) retroceden cerca de -6% desde su punto más alto (alcanzado a mediados de julio). En los últimos meses, las expectativas de los inversionistas eran positivas, ya que la inflación venía cediendo y Jerome Powell (presidente del Banco Central de EE. UU.) daba señales de un inminente recorte de tasas de interés. Sin embargo, las expectativas cambiaron de manera abrupta y ahora son negativas. ¿Qué pasó?
Las noticias malas para la economía comenzaron a serlo también para el mercado. Antes una desaceleración en la creación de empleo generaba optimismo, pero ahora se está tomando como una señal de recesión (desaceleración de la economía).
En ese sentido, un dato malo de empleo en medio de una retórica negativa por parte del consenso condujo a que surja el pesimismo entre los inversionistas. Sin dejar de mencionar que, hasta la fecha, los resultados empresariales del segundo trimestre del año han sido buenos, pero no espectaculares.
A pesar de que la inteligencia artificial (IA) ha calado en los resultados de las empresas generando optimismo entre los inversionistas, ahora son ellos mismos quienes ponen en duda si la gran cantidad de inversión realizada (principalmente por las empresas tecnológicas) tendrá resultados de manera sostenible en el futuro.
A esto se le suma que el Banco Central de Japón decidió subir su tasa de interés por primera vez en casi 20 años, lo cual trajo aún más incertidumbre entre los inversionistas.
Todo ello ha llevado a que en muy poco tiempo las expectativas cambien de positivas a negativas y como consecuencia a que el S&P 500 tenga una caída de casi -6% en las últimas semanas. Sin embargo, hay que entender que la caída que estamos viendo es parte natural del ciclo de las inversiones.
La estadística indica que, en promedio, cada dos años el mercado cae -10%, lo que se conoce en inversiones como corrección.
Y que se da porque en esos momentos nos ponemos más pesimistas u optimistas de lo normal, lo cual termina llevando a que la aversión al riesgo aumente o baje en cada escenario.
Y más aún si tomamos en cuenta que el S&P 500 ha subido casi +60% desde su punto más bajo (octubre del 2022), viene de un año (2023) en el que rindió muy por encima de su promedio histórico (26.3% vs 10.5%) y hasta julio acumulaba una subida de casi +20%.
Lo que generalmente pasa ante unas correcciones como estas es que el mercado se recupera en periodos muy cortos, cuando los inversionistas se dan cuenta que no hay un riesgo estructural como tal.
No obstante, si el mercado sigue cayendo y se materializa la corrección, nosotros nos mantendremos alineados a nuestra estrategia, que es comprar más acciones a mejores precios.
Y lo hacemos así porque consideramos que EE.UU. es el único mercado que funciona, porque más temprano que tarde resuelve lo que tiene que resolver y avanza. En ese sentido, su mercado que es el más líquido, profundo y eficiente es el que a la larga captura todo ese valor y hace que sus inversiones crezcan en el tiempo de manera consistente.
¿Cómo empezó el año?
Tras un primer semestre marcado por la publicación de buena data inflacionaria, posible reducción de tasas y solidos resultados empresariales, las expectativas de las inversiones fueron buenas y condujo a que el S&P 500 acumule una subida de +20% hasta mediados de julio.
El optimismo era tan fuerte que en lo que va del año, el S&P 500 registró por 41 veces un nuevo máximo histórico y en un poco más de 6 meses, rindió casi el doble de su rendimiento histórico promedio por año. (+20% vs +10.5%).
Gran parte de este optimismo fue impulsado por las ‘Siete Magnificas’, grupo compuesto por Alphabet, Apple, Meta, Microsoft, Nvidia, Amazon y Tesla de quienes se espera que lideren el boom de la Inteligencia Artificial (IA). De hecho, se espera que las ‘Siete Magnificas’ contribuyan con cerca del 40% de las utilidades del S&P 500 del segundo trimestre del 2024
A esto se le suma que el consenso del mercado era que la tasa estaría más baja en los siguientes meses y que ello se lograría en medio de una economía sólida, lo cual eventualmente permitiría alcanzar el tan famoso aterrizaje suave o ‘soft landing’.
No obstante, en las últimas semanas las expectativas han cambiado y, a diferencia de lo que ocurría meses atrás, hoy las malas noticias para la economía también lo son para el mercado. Antes, una desaceleración en la creación de empleo generaba optimismo entre los inversionistas, porque alentaba la expectativa de un eventual recorte de tasas, pero ahora se toma como una señal de recesión.
¿Por qué las expectativas cambiaron?
Porque han entrado nuevas variables y la relación de estas sobre las expectativas de los inversionistas han cambiado.
Tras el último reporte de inflación en el que se mostró que los precios en EE. UU. continúan desacelerándose de manera sostenida, el S&P 500 retrocedió cerca del -1%, evento que, a diferencia de los meses anteriores, hubiera sido tomado como una noticia positiva.
En ese momento, se venía hablando de que las ‘Siete Magníficas’ habían subido mucho de precio y que estaban sobrevaloradas. Por eso, ante un dato de inflación tan bueno junto a la idea de precios inflados,los inversionistas optaron por aquellas que estaban rezagadas y que, por historia, les va mejor ante tasas más bajas (Russell 2000: empresas de pequeña y mediana capitalización).
Semanas después, algunas empresas tecnológicas reportaron resultados (Alphabet y Microsoft) que fueron sólidos, pero no espectaculares, lo cual puso más en duda sus valorizaciones y la sostenibilidad de los beneficios de la IA.
A esto se le suma que el dato de empleo de julio sugirió que el mercado laboral se estaría enfriando a un ritmo mayor de lo esperado y que el Banco Central de EE.UU. (Fed) probablemente se está demorando mucho en bajar la tasa de interés. Eso, más los recientes comentarios de Jerome Powell, en los que indica que tanto la inflación como la situación del empleo ahora tienen la misma importancia para él, llevó a que los inversionistas especulen sobre una posible recesión.
Finalmente, tras la decisión del Banco Central de Japón de incrementar su tasa de referencia por primera vez en casi 20 años, las expectativas negativas se intensificaron, lo cual, sumado al cierre de operaciones de ‘yen carry trade’, condujo a que la bolsa japonesa (Nikkei) se desplomara cerca de -12% el lunes de esta semana (05/08).
El ‘carry trade’ es una estrategia en la que se toma prestado dinero a una tasa de interés baja y se invierte en otro activo (bonos o acciones) que generará una rentabilidad más alta, ganando así la diferencia entre las dos tasas de interés.
Para ejemplificar el ‘yen carry trade’, supongamos que te prestas 15 millones de yenes a una tasa de interés cercana al 0% y cambias ese dinero a dólares, para luego comprar un bono del tesoro de EE. UU. que te pagará un 4% por año.
Una vez que te devuelvan tu capital, tienes que cambiar esos dólares recibidos para pagar tu deuda en yenes. Como te endeudaste por una tasa cercana a cero, esa operación te genera una rentabilidad de casi el +4%.
Pero, ahora, con una tasa más alta y el fortalecimiento del yen de casi un +10% en las últimas tres semanas, se tendrá que pagar más intereses por el préstamo. Eso hace que cambiar tus dólares a yenes sea desfavorable. Lo anterior, sumado al riesgo de una recesión, desencadenó una venta masiva en la bolsa japonesa y americana, lo que resultó en la mayor caída diaria desde hace cuatro años para esta última.
Es la combinación de estos eventos y el cambio de expectativas de los inversionistas lo que llevó a que el S&P 500 retrocediera casi un -6% desde su punto más alto y se comenzara a hablar de una posible corrección.
¿Qué es una corrección de mercado?
No lo sabemos. Si predecir una recesión ya es imposible, predecir una corrección también lo es. Lo que sí se sabe es que estos eventos son muy comunes, ya que se dan cada cierto tiempo dentro del mundo de las inversiones.
Desde 1974 hasta el 2023, el S&P 500 ha tenido 26 correcciones, lo que significa que estas ocurren, en promedio, cada dos años. Cabe mencionar que cada vez que ocurre una corrección, el temor de que el S&P 500 entre en terreno bajista (‘bear marke’t: caída de mercado mayor al -20%) aumenta.
Sin embargo, la estadística indica que, del total de correcciones ocurridas en los últimos cincuenta años, solo 6 de ellas han terminado en un ‘bear marke’t, como se puede apreciar en la siguiente gráfica.
Correciones de mercado
Fuente: Flip Inversiones con datos de CNBC
Independientemente de la estadística, es importante tener en cuenta que el ser humano, por naturaleza, se emociona. Cuando tiene muchas buenas razones para ser positivo (por datos económicos, porque la bolsa ha estado subiendo durante un tiempo), piensa que todo va a ser bueno por mucho tiempo. Es decir, se guía más por la emoción que por la razón
Entonces, ese ciclo se rompe porque eventualmente van a salir noticias negativas. El mundo es demasiado complejo como para que siempre haya buenas noticias. Empiezan a salir noticias negativas y eso cala muy fuerte en una mente tan positiva. Es así como, de un momento a otro, tres noticias negativas (explicadas líneas arriba) hacen que el sentimiento de un inversionista pase a negativo. Es lo natural.
Cuando inviertes, estás expuesto a estos cambios repentinos en las expectativas de los inversionistas, que son las que determinan los movimientos de la bolsa. El drama es que es impredecible saber cuándo se darán. Quienes intentan hacerlo siempre se equivocan. Lo que sí sabemos es que ocurren cada cierto tiempo y que la psicología nos dice que, si estás en algo conservador, no vendes.
¿Qué hacer si sucede una corrección?
Mantenernos invertidos porque hay que entender que las correcciones son parte natural del ciclo de las inversiones. Y se dan porque la importancia de cada variable va cambiando en el tiempo y porque es la información nueva la que determina el movimiento de los precios de las acciones (S&P 500). De la misma manera, sugerimos que, si se cuenta con la liquidez necesaria, comprar más, ya que hoy el S&P 500 se encuentra a un mejor precio.
La expectativa que tiene un inversor puede cambiar de un momento a otro y llevar a que, en un escenario de optimismo, el mercado suba de manera muy rápida y violenta, y en un escenario de pesimismo, el mercado se caiga con mayor profundidad.
Es un hecho que el mercado se mueve por el sentimiento de todos los inversionistas, que al igual que un ser humano, puede sufrir cambio de opiniones en el corto plazo por nuevas noticias que van apareciendo en el día a día, pero si a la larga mantiene sus convicciones sobre una decisión correcta, logrará sus objetivos ya sea en la vida como en inversiones.
En ese sentido, las correcciones no implican un riesgo para un inversionista si está en el mercado correcto. En el largo plazo, el S&P 500 refleja el valor que tiene la economía de EE. UU., la cual ha demostrado, a lo largo del tiempo que es una economía sólida, con alta innovación y productividad, pero sobre todo que es capaz de resolver sus problemas y avanzar en medio de los escenarios más complicados.
¿Qué esperamos y qué recomendamos?
Esperamos que los miedos sobre una recesión se disipen a medida que se publiquen nuevos datos económicos. Hoy no vemos un problema estructural en la economía, sino más bien una economía sólida, basada en fuerte consumo y un mercado laboral balanceado.
No obstante, si ocurriera una recesión, nos mantenemos positivos, ya que la tasa de interés bajaría a un mayor ritmo con el objetivo de incentivar la economía. En ese sentido, y bajo ambos escenarios consideramos que, de mediano y largo plazo, el S&P 500 mantendrá su tendencia alcista, como lo ha hecho a lo largo de la historia.
Hay 200 años de historia que respaldan su liderazgo y capacidad para resolver cualquier tipo de problemas. Es por ello por lo que recomendamos mantenerse invertido. No solo porque la historia demuestra que el S&P 500 siempre recupera, sino porque hoy es el mercado que viene liderando el mundo y a nuestro juicio no vemos otro que pueda hacerlo mejor que él.
Mas aun sabiendo que tratar de predecir que va a pasar con el mercado en el corto plazo es difícil (por no decir imposible). Pueden aparecer nuevas variables que cambien las expectativas, como que la inflación vuelva acelerarse y que la tasa de interés no baje en los siguientes meses.
Bajo esa perspectiva es que nosotros nos mantenemos invertimos porque la única certeza es que, en largo plazo, EE.UU. es el único mercado que paga. Por eso invertimos ahí y lo hacemos a través de los instrumentos de inversión más líquidos, eficientes y baratos (ETFs) y en solo dólares, la moneda de mayor confianza.
No obstante, si ocurriera la corrección o una caída de mayor magnitud, estamos preparados para implementar de manera disciplinada nuestra estrategia activa, conforme a nuestra política de inversión. Esta estrategia consiste en comprar más acciones cuando el mercado experimenta caídas de -10%, -20% y -30%.
Estamos monitoreando de cerca tus inversiones y si hubiera algún ajuste que hacer, te mantendremos informado para que juntos y de manera oportuna tomemos las mejores decisiones de inversión.
Un abrazo, Nacho, Mario, Alex, Maria Paz, Nicolas, Pablo y Jhonatan.