La inflación cada vez está más cerca del objetivo del Banco de EE.UU. (Fed) y la expectativa es que eventualmente la tasa de interés comience a bajar.
Hoy, la tasa se encuentra bastante alta y en un máximo de 23 años (5.25%-5.50%), por lo que, una vez ocurrida la tan ansiada reducción de tasa, esta regresará paulatinamente a su nivel normal (2.5%: promedio histórico de los últimos 30 años).
En ese sentido, en la actualidad, los bonos son atractivos tanto para quienes ya se encuentran invertidos en ellos como para los que aún no lo han hecho, ya que, si las tasas se reducen, los bonos subirán de precio.
Todo eso hace que ante un escenario en el que los bonos corporativos y de gobierno de la mejor calidad de EE.UU. (AGG), considerados como los más seguros del mundo, pagan +5.06%, mientras que los bonos de empresas latinoamericanas como Ecopetrol pagan +8.4%, surja la pregunta: ¿En qué bonos se debe invertir?
Y si bien existe una diferencia en lo que pagan (EE.UU. vs Latinoamérica), generado así una ilusión de mayor rentabilidad para todo inversionista, hay que considerar que esa rentabilidad adicional viene acompañada de un mayor riesgo como el político, económico y social, que, por historia, se sabe que pueden presentarse en cualquier momento dentro de una economía latinoamericana.
Sin dejar de mencionar el persistente riesgo de impago que hay en Latinoamérica y que, en un escenario de crisis, puede significar la pérdida de una parte o todo el capital invertido.
Por ejemplo, cuando estalló la pandemia de Covid-19 y la economía mundial entró en recesión, los bonos corporativos de Latinoamérica que perdieron grado de inversión en 2020 fueron el 32% del total (vs 10.62% en 2019), lo que superó ampliamente a la cifra registrada en EE.UU. de 19.37% (vs 11.07% en 2019). Esto significa que los bonos de Latinoamérica se volvieron más riesgosos, ya que la probabilidad de que sus empresas no pudieran cumplir con sus pagos aumentó. Lo anterior demuestra que, en épocas de crisis, los bonos de EE.UU. no se ven tan afectados como los bonos de Latinoamérica.
Es por ello que nuestros fondos mutuos invierten solo en EE.UU. y lo hacen principalmente en los bonos de la mejor calidad (AGG), que brindan estabilidad durante épocas de volatilidad y en las acciones de las principales empresas más grandes de EE.UU. (S&P 500), que dan rentabilidad en periodos de expansión económica.
Lo anterior ha permitido que nuestros fondos mutuos hayan tenido una rentabilidad que logre preservar y hacer crecer el dinero en el tiempo, con un riesgo menor al latinoamericano.
Y en la misma línea, bajo la misma filosofía de inversión, nuestro Fondo de Renta Fija (próximo a lanzarse) invertirá en los bonos de la mejor calidad y de alto rendimiento de EE.UU.
¿Por qué todo el mundo quiere invertir en bonos?
Los bonos, a diferencia de las acciones, ofrecen un pago de dinero de manera periódica (cupón) que al igual que su precio, varían en función de los movimientos de tasa de interés.
En ese sentido, y tomando en cuenta que la tasa de interés se encuentra en máximos históricos, hoy todo el mundo quiere invertir en el mercado de bonos en general. Y es así por dos motivos principales:
- En el futuro ya no se podrá obtener tasas tan altas como las de hoy.
- Ocurrido el recorte de tasas, los bonos subirán de precio.
Es válido mencionar que esos motivos pesan aún más, cuando los bonos de empresas latinoamericanas, como Ecopetrol (+8.4%) y Petróleo Mexicanos (+10.7%) pagan tasas cercanas a lo que históricamente rinden las acciones de las 500 mejores empresas de EE.UU. (S&P 500: +10% al año).
De este modo, se genera la ilusión de lograr una alta rentabilidad en los bonos entre los inversionistas, que vienen de haber vivido el peor año (2022) de la historia de las inversiones.
¿Por qué invertir en EE.UU. y no en Latinoamérica?
A pesar de la alta rentabilidad que existe en la renta fija de Latinoamérica, hay que tener en cuenta que esta viene acompañada de un alto riesgo que es el que mantiene intranquilo a todo inversionista y que puede llevar eventualmente a la venta de estos últimos y que termine realizando pérdidas ante una caída.
Si comparamos el comportamiento del AGG contra los bonos de países de Latinoamérica, se puede apreciar cómo el precio de los bonos latinoamericanos fluctúa mucho más que el AGG, y que, en escenarios de crisis como en la pandemia (Covid-19), pueden sufrir caídas más bruscas que los bonos de EE.UU.
Comportamiento AGG vs Bonos latinoamericanos (2011-2024)
Fuente: Yahoo Finance y Eikon Reuters
La volatilidad de los bonos de Latinoamérica es 3 veces mayor a la del AGG y en el 2020, cayeron –25.2% desde su punto más alto, mientras, que los bonos de mejor calidad de EE.UU. retrocedieron -9.6%.
Cabe destacar que, el AGG se recuperó en menos de tres meses, mientras que los bonos Latinoamericanos se demoraron casi un año.
Las inversiones en Latinoamérica implican un alto riesgo de precio comparado al que se encuentra en EE.UU. Y a pesar de que existe una diferencia entre la rentabilidad que ofrecen (AGG: +5.06% vs Latinoamérica: +8.45%), consideramos que los bonos de EE.UU. siguen siendo una mejor opción de inversión
El riesgo de crédito, que es otro de los riesgos que se presentan en mayor medida en los países latinoamericanos, también se hizo evidente en las empresas durante ese periodo. Los bonos corporativos de Latinoamérica que perdieron grado de inversión en 2020 fueron el 32% del total (vs 10.62% en 2019), lo que superó ampliamente a la cifra registrada en EE.UU. de 19.37% (vs 11.07% en 2019). Esto significa que los bonos de Latinoamérica se volvieron más riesgosos, ya que la probabilidad de que sus empresas no pudieran cumplir con sus pagos aumentó. Ello como resultado del mayor riesgo que hay detrás de sus economías que se hacen más evidentes en épocas de crisis.
Es por todo lo mencionado hasta el momento que invertir es Latinoamérica implica un gran riesgo para el inversionista, ya sea por movimiento de precio o impago del capital.
¿Por qué los bonos de Latinoamérica son riesgosos?
Si bien existe un gran potencial de crecimiento en las economías Latinoamericanas, sus bonos son riesgosos debido a las características económicas y políticas propias. Latinoamérica es una región con constantes conflictos sociales y políticos, pero también de un crecimiento y desarrollo económico dispar, los cuales se ven reflejados en los distintos cambios de gobierno, la desigualdad de ingresos y en su falta de diversificación económica.
A esto se le suma que sus instituciones son frágiles, lo que dificulta la existencia de reglas de juego claras y previsibles. Cuando las reglas de juego no son claras, se crea desorden y distorsiones en el mercado financiero. La información no fluye de manera transparente y ordenada, y el proceso de toma de decisiones se hace más complicado.
El futuro se hace más incierto aún con reglas de juego poco previsibles. Algunos inversionistas interesados prefieren no participar activamente y otros potenciales inversionistas no se sienten lo suficientemente atraídos para asumir el riesgo.
Además, sus mercados no son eficientes porque son concentrados, tienen poca liquidez, poca profundidad, poca variedad de activos financieros y altos costos para invertir el dinero. Todo lo anterior repercute en las expectativas de todos los inversionistas. Y si bien en la actualidad están pagando tasas que parecen atractivas, esto es a causa del alto riesgo que hay detrás de sus inversiones.
Esto en EE. UU. no sucede; por el contrario, es un país con instituciones estables en el largo plazo, reglas de juego claras y un crecimiento económico sostenible, que ha sido demostrado a lo largo de la historia y en los momentos más difíciles. Cabe recalcar que EE.UU. no ha incumplido con sus pagos en cerca de 80 años y las únicas veces que ocurrió esto, fue en casos especiales, como durante su independencia de Inglaterra o la Gran Depresión de 1933.
Es por ello que el AGG (índice de bonos corporativos y de gobierno de la mejor calidad de EE.UU.) es considerado como el activo más seguro del mundo y una referencia dentro de los bonos (al igual que es el S&P 500 para el mercado de acciones), ya que es el activo más diversificado (cerca de 10,000 bonos lo componen) y cubre el 100% del mercado de bonos con grado de inversión de EE.UU. que son considerados como los activos de menor riesgo en el mundo.
Pero, ¿menor riesgo no es menor rentabilidad?
No necesariamente es así. Si bien la teoría establece que para generar mayor rentabilidad se debe tomar más riesgo, la realidad es que uno tiene que hacer lo contrario.
Toda decisión de inversión se hace en base a la información disponible que existe, y si bien uno busca hacerlo de la manera más objetiva posible (racional), no se puede dejar de lado las emociones que hay detrás de todo ser humano, las que conducen a ser más optimistas cuando las inversiones suben y a ser más pesimista cuando las mismas se caen.
Al tratar de tomar más riesgo para obtener una mayor rentabilidad, las emociones pueden pesar más en momentos de alta volatilidad o crisis. Esto puede hacer que un inversionista, ante una caída, se asuste, venda con pérdidas y ya no quiera saber más sobre las inversiones, perdiéndose así la oportunidad de recuperarse y que en el largo plazo no alcance sus objetivos de inversión.
Por ello, si se quiere generar una mayor rentabilidad, la mejor manera de hacerlo es no agregando más riesgos al que ya hay en una inversión, es decir, el de la volatilidad (movimiento en el precio de los activos hacia arriba y hacia abajo en el corto plazo). En EE.UU. el inversionista estará expuesto a solo este riesgo, mientras que en Latinoamérica a muchos más (sociales, políticos y económicos) que se pueden presentar en cualquier momento.
Es por ello, que a pesar de la ilusión que existe sobre la rentabilidad que ofrecen los bonos latinoamericanos, el riesgo de estar invertidos en ellos es alto. Además, si se hace un balance entre riesgo/rentabilidad, la diferencia entre lo que ofrece hoy un bono de Latinoamérica y uno de EE.UU. no es tan amplia y a larga es inmaterial, por que como mencionamos líneas arriba si uno toma más riesgo, las emociones pueden pesar más en las decisiones de inversión.
Entonces, ¿qué recomendamos?
Recomendamos invertir en EE.UU. y no hacerlo en Latinoamérica. Consideramos que el dinero que uno quiere cuidar y hacer crecer en el tiempo debe invertirse en la economía más segura del mundo, donde solo existe el riesgo de fluctuación de precios (volatilidad) y no otros como las mencionadas líneas arriba.
Asimismo, hacerlo bajo un portafolio diversificado, compuesto por los bonos corporativos y de gobierno de la mejor calidad de EE.UU. (AGG) y en acciones de las principales empresas de EE.UU. (S&P 500). Y en mayor o menor medida según el perfil de riesgo que se tenga.
Lo anterior a través de los instrumentos de inversión más líquidos y baratos (ETFs), manteniendo así los costos bajos y la disciplina de inversión, ya que estos instrumentos (en el caso de los bonos) permiten mantener una duración y riesgo de crédito fijo.